La corrupción de autoconsumo de Albania socava el camino hacia la adhesión a la UE
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Por Alon Ben-Meir y Arbana Xharra
En un momento en que se esperaba que Albania tuviera un progreso significativo en sus conversaciones de adhesión con la Unión Europea, algunos Estados miembros no están dispuestos a apoyar las negociaciones con Albania y el norte de Macedonia. Francia en particular, argumentó que la UE debe profundizar la integración entre los miembros existentes y reformar sus difíciles procesos de toma de decisiones, antes de contemplar la adición de nuevos países. Además, la corrupción, el crimen organizado y la desigualdad, junto a las tensiones domésticas causadas por los principales partidos políticos en Albania, dieron mayor crédito a la decisión de la UE de posponer las negociaciones de ahdesión hasta octubre de este año.
Dicho esto, la separación de los países balcánicos de la UE le otorga aún más libertad a Rusia y Turquía para afianzarse en los Balcanes, debido a que ambos han estado trabajando arduamente para fortalecer sus vínculos con la región. Tanto Erdogan como Putin esperan evitar la integración de los Balcanes con la UE mediante la manipulación de las elites políticas en gran parte corruptas en estos países.
En mayo, la Comisión Europea recomendó que las conversaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte comenzaran lo antes posible, afirmando que los dos países han “implementado reformas”. Pero después de una reunión en Luxemburgo a mediados de junio, una minoría de los Estados miembros de la UE se negó a apoyar la propuesta de la comisión para abrir las negociaciones de adhesión.
Albania, miembro de la OTAN, que Transparencia Internacional califica como uno de los países más corruptos de Europa, solo ha logrado un progreso limitado en la lucha contra la corrupción, incluido el lavado de dinero y los sobornos, a pesar de haber despedido a jueces y fiscales deshonestos. Los ministros europeos se reunieron en Luxemburgo el año pasado y acordaron iniciar conversaciones, pero en junio la decisión se pospuso inesperadamente.
Decenas de miles de manifestantes, encabezados por líderes de la oposición en Albania, marcharon contra el Primer Ministro Edi Rama, lanzando cócteles Molotov a la entrada de su oficina y pidiéndole que renunciara por presunto fraude electoral y corrupción. Aunque los manifestantes están a favor de la adhesión a la UE, muchos países de la UE ven esta tensión política como una señal de que Albania aún no está lista para unirse.
El Embajador de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Albania, Bernd Borchardt, condenó las protestas, declarando que “… condenamos por completo a quienes intentan usar la violencia como un camino político corto; ellos van a fallar”. Los manifestantes lo acosaron realizando manifestaciones frente a su residencia, escribiendo “Borchardt, avergonzado de tí” en la pared afuera a las afueras de su apartamento.
Los líderes de los principales partidos políticos se acusan mutuamente de corrupción, mientras buscan el poder para gobernar al país, que enfrenta grandes problemas. El Washington Post reveló recientemente que el líder de la oposición, Lulzim Basha, quien llamó a las protestas, y otros dos funcionarios del partido han sido acusados de gastar ilegalmente unos 650.000 dólares que están vinculados a Rusia a través de un grupo de presión y una compañía extranjera.
La corrupción en Albania no es nada nuevo. Hace ocho años, Ilir Meta, el actual presidente, apareció en un video que se filtró a los medios de comunicación, discutiendo un soborno de un empresario por una suma de 700.000 euros con otro ex ministro, Dritan Prifti. Una revisión anterior del video realizada por expertos británicos y estadounidenses declaró que la cinta era auténtica, pero el tribunal posteriormente dictaminó que la revisión del experto era inadmisible.
Según el ministro de Relaciones Exteriores de Albania, Gent Cakaj, si bien las perspectivas de apertura de las conversaciones de adhesión podrían verse afectadas por el comportamiento de la oposición, esto no puede ni debe considerarse un impedimento grave. “…es claro que el comportamiento de la oposición afecta adversamente la dinámica de las reformas (especialmente cuando se trata de la reforma judicial y electoral) en Albania, como lo señala el propio Informe de la Comisión; y tiene un impacto negativo en la reputación de nuestro país … Está claro que Albania debe evaluarse en función de su progreso evidente y no en los juegos de poder de la oposición”.
Al dirigirse a Meta, quien fue elegido presidente en 2017 con su apoyo, Rama dijo que “aquellos que están tratando de detener ese proceso están equivocados. Están jugando con fuego y se están quemando frente a la ley”.
Aunque las protestas y las denuncias de corrupción no están directamente vinculadas a la decisión de la UE, dañan la imagen del país antes de una decisión de la Unión Europea. La tensión política en Albania está alimentando a los países de la UE que argumentan en contra de la adhesión de Albania. Mientras tanto, los Estados Unidos y la UE han advertido a la oposición contra la incitación a la violencia.
Enton Abilekaj, periodista de Albania, dice que la Comunidad Internacional apoya al gobierno, y es por eso que los manifestantes están reaccionando. “Las posturas de la Comunidad Internacional en contra de los actos extremos de la oposición y en favor de una elección parcial el 30 de junio están dividiendo a la opinión pública en otra disputa sobre el papel de los países occidentales en Albania”, y agregó que “estar estancados por esta larga espera para la integración europea, es un fracaso del gobierno albanés para luchar contra el crimen organizado y la corrupción”.
El enfoque de la UE en Albania ha sido avanzar en las reformas judiciales y anticorrupción. Según Epidamn Zeqo, las razones por las cuales los criterios de adhesión fueron establecidos por la UE en primer lugar están relacionados directamente con los desafíos de Albania en la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada. La integración puede retrasarse en caso de que continúe la tensión política. Los líderes albaneses tienen la responsabilidad de convencer a la UE de que están listos para iniciar conversaciones y no perder esta oportunidad histórica.
Aunque la UE es consciente de que los objetivos de Erdogan y Putin son consolidar su poder en estos países, quienes cuestionan directamente los intereses y valores estratégicos occidentales, retrasar esta decisión pone a estos países en riesgo, ya que la demora solo avanza los intereses estratégicos de los dos rivales en los Balcanes occidentales, Rusia y Turquía.
Turquía y Rusia han estado atacando a los Balcanes durante los últimos años (ya que lo consideran una presa fácil) en un esfuerzo por atraerlos a sus esferas de influencia. Promulgan su siniestra agenda política invirtiendo en grandes proyectos nacionales estratégicamente calculados para tener el mayor impacto económico y político en el mercado financiero, y utilizando políticos sumisos para cumplir sus órdenes.
Mientras Putin no oculta su animosidad hacia la alianza occidental y trata de socavar sus intereses en cualquier lugar que pueda, Erdogan quiere tenerlo en ambas direcciones. Él quiere mantener la membresía de Turquía en la OTAN y, presumiblemente, todavía desea unirse a la UE. Sin embargo, parece estar dispuesto a socavar los intereses estratégicos de la UE y la OTAN en los Balcanes al convencer a Putin al tiempo que atrinchera a Turquía en Serbia, solo para servir a los intereses de Turquía.
Francia y los Países Bajos tienen razón al sugerir que la UE debe primero profundizar la integración entre los miembros existentes, reformar los engorrosos procesos de toma de decisiones y garantizar que los candidatos como Albania aborden sus problemas endémicos de corrupción antes de agregar nuevos miembros. Sin embargo, sería más prudente comenzar las conversaciones de adhesión mientras se insiste en que el gobierno albanés debe, durante el proceso de negociación, limpiar su accionar con seriedad como un requisito previo para continuar las negociaciones.
Independientemente de la corrupción endémica, la UE debe reanudar las conversaciones de adhesión con el gobierno albanés condicionado a abordar seriamente el problema de la corrupción. Albania debe ser transparente con cautela con respecto a sus relaciones con Rusia y Turquía, los dos países que buscan un mayor atrincheramiento en Albania, lo cual tiene una importancia estratégica significativa para la UE.